Según Michel Nowe (nieto de un tío de Roberto, llamado Henri Nowe), residente en Gante, Con motivo del inicio de la guerra civil, Roberto Nowe se exilió durante la contienda, regresando a su ciudad hasta la finalización de la misma, momento en que volvió a regresar a la Barcelona donde falleció unos años después. |
En 1919 se decidió ampliar el edificio, para dar un nuevo aire a la pensión en convertirla en un moderno hotel, competencia directa del Hotel Colon que estaba enfrente. Esto supuso la adquisición de la casa Jaumandreu vecina de la casa Vicente Ferrer que ocupaba el número 13, que fue derribada, para que la ampliación conservara el mismo estilo novecentista. Con la ampliación del edificio, el local quedo convertido en el Hotel Victoria, uno de los hoteles más modernos del momento, el cual instalo en el primer piso un restaurante que pronto se ganó el prestigio y el reconocimiento del público por su calidad y por su situación en el centro de la ciudad. |
Pero la voracidad del Corte Ingles que ya había ampliado su centro comercial con un edificio de la Ronda de San Pedro, al que estaba unido por la parte trasera, puso sus ojos en el edificio de Vicente Ferrer, para unir los dos edificios y convertirlo en un gran centro comercial, se puso en contacto con los propietarios con el fin de alquilarlo (por un periodo de tiempo importante), con la condición de derribarlo y unirlo para dar la sensación de un solo edificio |
En 1968 se acometió la espectacular obra de la unión de los tres edificios, obra de los arquitectos Luis Blanco-Soler y Lorenzo García Bordón, que fue inaugurado en 1970 y que dio paso a una espectacular cafetería panorámica en la última planta y la inauguración en las fiestas de Navidad de “Cortylandia”, una fiesta de luz y sonido que durante unos años atraía a muchas familias que venían todos los días con sus hijos para poder contemplar el espectáculo que los decoradores preparaban en esas fechas, en el chaflán que había ocupado la casa Vicente Ferrer. Uno de los más comentados fue el de Gulliver, por su espectacularidad... |