En 1894 en el número 82 de la avenida Marqués del Duero 82 (hoy Avinguda del Paral-lel), con Ronda de San Pablo, enfrente del teatro el Molino, se inauguró el Bar Botillo Chicago, El edificio en el que estaba ubicado tenía unos soportales que le hacían aprovechar el techo que le ofrecían los pisos superiores como terraza para que los clientes se pudieran sentar en antiguas mesas redondas de mármol. |
Durante su primera época, uno de los clientes que tuvo el bar, era un conocido atleta que se llamaba José Homedes, este conocido corredor aprovechaba su fama para ganarse la vida con las apuestas. Cuando llegaba algún cliente que no lo conocía entablaba una conversación en la que siempre salía la bravuconada de que él era capaz de subir hasta la puerta del Castillo de Montjuic y bajar en no más de 20 minutos. El cliente desconocedor de la dedicación aceptaba la apuesta y como era lógico perdía la apuesta. |
El Chicago era uno de los bares al que asistían un número grande de clientes raros que era superior a lo normal, sindicalistas, anarquistas y bohemios, se acercaban a la barra para aparte de beber discutir de sus opiniones. Uno de sus clientes más raros que repartía sus visitas con otro bar cercano llamado “La Tranquilidad”, era Nicomedes Méndez López que fue el verdugo oficial de la ciudad de Barcelona que empezó su carrera con el primera ejecución en 1866 y la última en 1908, muriendo con 70 años en 1912. |
En 1920, dado el gran crecimiento de clientes se toma la determinación de agrandar la parte edificable del local, adelantando la fachada y suprimir la terraza de debajo de los porches, con lo que la nueva terraza queda en la acera a cielo descubierto. |
La gran afluencia de sindicalistas y anarquistas fue el motivo por el que el 19 de julio de 1936 fue uno de los lugares de reunión en el que se conjuraron para abortar el golpe de estado del general Franco, levantado barricadas de sacos de tierra y adoquines de la calle, para enfrentarse a los militares golpistas. |