En el nuevo convento se construyó un edificio con dos torres en los extremos del mismo, constaba de entresuelo y tres pisos altos, y un claustro, tenía tres arcos en un sentido y cuatro en el otro, con robustas columnas de piedra, media unos veinte por dieciséis metros, con galerías de unos tres metros de ancho (estaba formado por arcos semicirculares, que se apoyaban sobre columnas toscanas), que se unían en los ángulos con dos medias columnas. Al restaurar el convento, las antiguas ventanas se convirtieron en balcones suprimiendo el entresuelo.
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El edificio estaba dividido en dos zonas: una como Iglesia y otra como escuela especial para niños de militares, su proximidad con la Ciudadela les auguraba un éxito seguro, pero la distancia (aunque corta en nuestros días), y las continuas escaramuzas a que estaban expuestos los habitantes del recinto militar, hicieron que el proyecto finalmente no tuviera éxito.
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La perseverancia de los clérigos en la dedicación del convento a la enseñanza hizo que en 1815, aprovechando que su Majestad Fernando VII, había realizado una proclama recomendando a los conventos que en sus recintos, dedicaran un espacio para poder ejercer la enseñanza, se instalase en el convento una escuela gratuita para niños sin recursos, la cual duro sólo unos años.
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Allí residieron los clérigos regulares menores de San Francisco Caracciolo, hasta los sucesos del año 1835. Los hechos acontecidos el 25 de julio de 1835, cuando en la plaza de toros de la Barceloneta, “El Torin”, cuando se celebró una corrida de toros, que resulto un enorme fracaso por la mansedad de los toros, provoco unos graves disturbios en la plaza y que fue causa de su cierre por largo tiempo, que continuaron a la salida de la plaza, arremetiendo y destrozando todo lo que pillaban. Los manifestantes que ya habían destrozado la caseta del consumo “burots”, unos metros antes arremetieron contra el convento. Posteriormente la tarde del 5 de agosto, sufrió un saqueo y unos destrozos importantes.
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Poco tiempo después al igual que otros conventos de la zona quedó afectado por la desamortización y la Junta de Comercio de Cataluña lo adquirió conjuntamente con la iglesia.
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El convento fue restructurado en su interior por la Junta de Comercio, que aprovecho la grandiosidad del edificio, para continuar impartiendo de forma gratuita, en una parte del edificio, diversas enseñanzas científicas y técnicas, en 1841 empezaron las clases de dibujo lineal y en 1845, paso a impartir, Aprovecho una parte del edificio para dedicarla a instalar varios locales comerciales, el Cinematógrafo Español de José Ubach y el Gran Café del Comercio, que ocuparon los bajos del convento, en el segundo piso se ubicaron las oficinas de la Compañía de transporte marítimo, Vapores Correos Españoles de Pinillos Izquierdo y Cia de Cádiz. |
El antiguo convento fue derribado con motivo de la apertura de la Vía Layetana. Los trabajos del derribo pusieron al descubierto el claustro interior y sus arcos permanecieron durante un tiempo a la vista de los curiosos. La apertura de la Vía Layetana, provoco el derribo del claustro y las dos casas situadas sobre el solar que había ocupado la iglesia para proceder la reordenación de la plaza de Antonio López.
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