Cine Delicias, Travesera de Gracia - La Barcelona de antes

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Cine Delicias, Travesera de Gracia

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Travesera de Gracia 224, fue construido aprovechando un antiguo almacén entre la calle Bailén y el Paseo de San Juan, su propietario viendo la efervescencia del cinematógrafo que se vivía  en aquellos momentos y las expectativas del futuro cine sonoro, contacto con el ebanista Francisco Benajes, para que le realizara la decoración del local y le construyera las butacas.
Fue inaugurado en 1925, con un aforo de 900 localidades, la falta de conocimiento en una programación inadecuada y el endeudamiento con Benajes, hicieron que el local fuera embargado por este  en 1931, que ya había empezado a realizar sus pinitos como empresario cinematográfico.
El interés y la dedicación al cine, le hizo abandonar la ebanistería y dedicarse por completo a la cinematográfica, creando su propia empresa de distribución “Empresa Delicias” que en enero de 1933 ya controlaba la programación de los cines: Select, Arnau, Mundial, Fregoli, bailen, Rovira y Delicias.
El 18 de julio de 1936, la empresa controlaba los cines Arnau, Florida y Broadway, que proyectaban “Una mujer de ultratumba” y ·una mujer vestida de rojo” en español. El cine Fregoli con “Bajo presión”, “desfile de pelirrojas” y “Luponini” en español. Delicias con “Quien me quiere a mí” en español, “Charlot evadido y Charlot inoportuno” y “La hiena” en español, en todos ellos con los correspondientes dibujos.
Durante la guerra todo el grupo fue incautado por la CNT, continuando programando cada uno programación diferente, ya que la empresa de distribución había desaparecido.
Finalizada la guerra civil, el local fue adquirido por Ramón Riba Martorell, (padre de los hermanos Ramón y Antonio Riba, empresarios del desaparecido Scala), el cual intento en 1947, realizar una ampliación del anfiteatro del antiguo cine, la antigüedad del inmueble no aconsejaba la ampliación del anfiteatro por lo que el permiso no le fue concedido. Ante la negativa decidió vender el local a Luis Cabeza Puzo, otro cineasta que al encontrarse con el mismo problema en la autorización de las obras, se lo volvió a vender a Ramón Riba a final de 1949.
En 1961 Ramón Riba se asoció con Pedro Balañà, los cuales decidieron derribar el viejo local y construir un nuevo edificio acorde con los nuevos  tiempos, fue proyectado por Ramón Paradell Rossich, con una capacidad total de 811 butacas repartidas entre la Platea con 780 espectadores y el Anfiteatro, con tan solo 31, cantidad notablemente inferior a la solicitada por la empresa.
Fue inaugurado el 8 de septiembre de 1962,  con un retraso sobre el deseo de la empresa que tenía previsto realizarlo en el mes de agosto, pero la instalación de la refrigeración y la nueva decoración retrasaron los planes de la empresa. Las películas que se ofrecieron ese día fueron “Dos frescos en Órbita” y “Armas contra la Ley
Al día siguiente La Vanguardia hacía una glosa del cine en la que evocaba, a los profesionales que habían realizado la decoración del local.
Del modesto cine de barrio que era antes, ha pasado a ser un local elegante, suntuoso y del mejor buen gusto. Las obras de ornamentación y decoración han sido realizadas por los prestigiosos especialistas: Ramón Tomás y Antonio Bonamusa. El escultor Aulesia ha realizado para el nuevo cine unos bellos “panneaux” (revestimiento de madera), muy adecuados a su estilo moderno, estaba dotada de los más avanzados procedimientos de proyección, contando con una instalación dé refrigeración, sistema Carrier. Al acto de inauguración asistieron  Pedro Balañá y Jaime Tarazón. Fue considerado uno de los más populares y con mejor programación de la parte baja del barrio de Gracia.
Como tantos cines de la época sufrió la pérdida de espectadores y el acoso de los arquitectos ansiosos por levantar nuevos edificios de viviendas, por lo que los propietarios decidieron cerrarlo el 31 de diciembre de 1987, con la protección de “El libro de la selva” y “Un loco suelto en Hollywood”.
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