La fuente más antigua de Barcelona, y una de las primeras que se hicieron, es la de Santa Anna, en la confluencia de la calle de Cucurulla con la avenida del Portal de l’Àngel. Se construyó en el año 1356 y tiene sus orígenes en un abrevadero que utilizaban los caballos de los viajeros que se hospedaban en el cercano Hostal del Vallès y los de las diligencias que salían de la ciudad por la plaza de Santa Anna, que es el nombre que tenía este cruce antiguamente. De hecho, en el lado de la calle de Cucurulla todavía se puede ver la parte del abrevadero que hoy sirve como base para jardineras. En el año 1375, esta instalación se amplió con una fuente que, al parecer, inicialmente tenía ocho lados. Sin embargo, en la actualidad, solo hay cinco lados y dos grifos en el cuerpo central. |
En el año 1819 fue ampliada, pero el aspecto actual es de 1918, año en el que se colocaron los paneles de cerámica novecentista de las paredes, obra de Josep Aragay. Los jarrones que coronan la parte superior se elaboraron en el año 2002 a partir de los moldes originales, puesto que los que se pusieron en 1918 se deterioraron y se perdieron. En el cuerpo central aparece el escudo de la ciudad esculpido en piedra y, en cuatro de los cinco cuerpos, se pueden ver los mascarones por donde salían los boquillas del agua. |