Después de la guerra civil, la calle cambió su nombre por la del obispo Irurita (Manuel Irurita Amandoz, nacido en 1876 en Larráinzar, Navarra), nombrado obispo de Barcelona en 1930, figura del nacionalcatolicismo, beligerante contra la república y contra marxistas, liberales, masones y separatistas. |
Presuntamente murió asesinado el 3 de diciembre de 1936, fusilado por anarquistas de la FAI, en el cementerio de Moncada y Reixach, “digo presuntamente” porque después de tantos años, todavía existen serias discrepancias sobre el tema, mientras unos dicen que está enterrado en la Catedral, otros aseguran que no fue asesinado y que lo vieron con vida en 1939. |
Ante las dudas y las muchas contradicciones, sobre de quien era el cadáver que estaba allí enterrado, en 1940, el odontólogo forense Juan Carol Montfort, realizó un estudio de la dentadura del cadáver enterrado en la Capilla del Santo Cristo de Lepanto y no pudo asegurar que el cuerpo enterrado fuera el del prelado. Francesc A. Picas autor de la revista online hispaniamartyr, afirmo en mayo del 2012, que existían argumentos suficientes, para asegurar que los restos del obispo se encontraban en la Capilla del Cristo de Lepanto. |
En la calle se encuentra una pequeña plaza “Garriga i Bachs”,frente a la puerta del claustro de la catedral, entre las calles de San Severo y Montjuich del Obispo. En su día era un edificio adosado al templo de San Severo, comprado por Andreu Garriga i Bachs, con el fin de derribarlo y construir en su lugar un monumento a los mártires de la independencia, conocido también como “A los héroes de 1809”, ocho barceloneses que lideraron la insurgencia contra las tropas napoleónicas, en el fallido Complot de la Ascensión. Para su realización en 1929, se tuvo que tapiar la puerta lateral en de la Iglesia.
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El diseño de la plaza y del monumento se encargó a Pere Benavent de Barberà, el grupo escultórico de bronce a Josep Llimona. En 1929, si estar el monumento terminado ya que faltaba el grupo escultórico, aprovechando la visita de la reina a la ciudad, la plaza fue inaugurada sin estar instalado el grupo escultórico. La llegada de la segunda república descarto terminación del monumento, quedando el grupo escultórico guardado en el taller del artista.
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En 1941 con motivo del 133 aniversario de las ejecuciones, se decidió retomar la finalización del monumento con la incorporación del grupo escultórico de Llimona y de unos relieves de ángeles de alabastro de Vicente Navarro, añadidos al proyecto original, inaugurándose el día 3 de junio. Sobre los bancos a los lados del monumento, se pueden apreciar cuatro grabados que Buenaventura Planella, realizo en 1815. Cada dibujo escenifica un momento del llamado “Proceso de la Ciudadela”: “La última confesión de los condenados”, “el traslado al patíbulo”, “la ejecución y la detención de los sublevados en la Catedral”.
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En la placa que hay bajo la escultura de bronce, podemos leer ocho nombres: el del capellán castrense, Padre Joaquim Pou, el rector de la parroquia de la Ciutadella, Padre Joan Gallifa, el subteniente Josep Navarro, Pere Lastortras, Ramón Mas y Juliano Portet, más adelante se les unieron dos mozalbetes: Salvador Aulet y Joan Masana, que creyendo que se había logrado el objetivo, subieron al campanario de la catedral para avisar con el toque de campanas pero no las hicieron sonar porque los franceses las habían silenciado. Fueron todos detenidos y ajusticiados el 3 de junio de 1809.
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El Puente Gótico diseñado y construido en 1926 por Joan Rubió i Bellver, arquitecto discípulo de Antoni Gaudí, de una gran belleza, esconde un enigma que todavía no ha sido resuelto: Tiene esculpida una Calavera atravesada por una daga, a la que se le han dado diferentes interpretaciones, unía la Casa de los Canónigos “Casa dels Canonges”, residencia oficial de los presidentes de la Generalitat, Francesc Macià, Lluís Companys y Josep Tarradellas, con el Palacio de la Generalitat. A partir de Jordi Pujol, los presidentes de la Generalitat abandonaron el edificio como residencia oficial.
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